sábado, 18 de junio de 2016

Impulso creativo y la estética según Frederich von Schelling

El filósofo alemán Friedrich Wilhelm Joseph von Schelling (1775-1854) es uno de los máximos exponentes del idealismo y de la escuela romántica alemana. Entre los diversos temas que abordó, dedicó parte de su pensamiento al arte, la estética como forma de expresión de lo bello, y al impulso creador como expresión de la aspiración superior del hombre. Este párrafo está en su libro de 1800 Sistema del idealismo trascendental, donde se produce un cambio en su pensamiento, ya que se aparta del idealismo subjetivo y se decanta por un idealismo objetivo. Ahora pone el énfasis, no ya en la naturaleza, sino en el Yo. Esto es lo que le hace destacar la importancia del impulso creador en el individuo: 
“Siendo testimonio en todos los artistas, que afirman que son impelidos involuntariamente a la producción de sus obras, que con su producción no hacen nada más que satisfacer un impulso irresistible de su naturaleza, se puede concluir legítimamente que toda producción estética se basa en una oposición de actividades, puesto que, si todo impulso parte de una contradicción, la actividad libre acontece involuntaria, también el impulso artístico ha de originarse en este sentimiento, de una contradicción interna. Pero esta contradicción, al poner en movimiento el hombre completo con todas sus fuerzas, es sin duda, una contradicción que afecta el último en éste, la raíz de toda su existencia. De alguna manera es como si en los pocos hombres que, por encima de los otros, son artistas en el sentido más elevado de la palabra, lo invariablemente idéntico en lo cual se sustenta la existencia se hubiera sacado el velo con qué se envuelve en los otros, y así cómo es afectado inmediatamente por las cosas, tuviera igualmente efectos inmediatos sobre todo. Por lo tanto, sólo puede ser la contradicción entre el consciente y el no consciente en el actuar libre la que pone en movimiento el impulso artístico, así como, inversamente, sólo al arte le puede ser dado de satisfacer nuestra aspiración infinita y de resolver la última y más extrema contradicción en nosotros".
Así, según él, el arte es la única y eterna revelación que hay y la maravilla que, aunque hubiera existido una sola vez, nos convencería de la actividad absoluta del ser supremo. Además, si el arte se completa por medio de dos actividades totalmente diferentes entre si, el genio no es ni la una ni la otra, sino aquello que está por encima de ambas. Como se ve, son ideas propias de las concepciones filosóficas del siglo XIX, pero que sin duda han tenido influencia en las diversas aproximaciones al concepto de estética que aún hoy se discute. 

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