lunes, 22 de febrero de 2016

Apocalípticos e integrados

Haciendo honor a Umberto Eco, el escritor y pensador italiano que partiera de este mundo hace unos días, hago referencia aquí a uno de sus libros teóricos más reconocidos, en los que hace una propuesta de aproximación a los medios de comunicación de masas de una manera original y novedosa. Apocalípticos e integrados se publicó por primera vez en 1964, y desde ese momento generó un interés por las ideas de Eco, que de alguna manera prefiguraban la aproximación estructuralista que más adelante desarrollaría en sus teorías semiológicas. 

En principio, éste es un libro crítico y sin duda tiene un sesgo revolucionario, pero sus planteamientos está formulados de tal manera que a pesar de enfrentarse dos posiciones, al final pareciera que hay un consenso, o más bien una validación (o cuestionamiento) de ambas posturas: la de los "apocalípticos" y la de los "integrados" ante los medios de comunicación y sus consecuencias en la industria cultural y la cultura de masas.      

Eco realiza aquí un estudio sobre la cultura popular y los medios de comunicación. La obra parte de dos posiciones opuestas ante la cultura: la apocalíptica y la integrada. Dentro de la postura de los aristócratas (apocalípticos) sitúa a aquellos que critican la difusión masiva y la industria cultural. Por otro lado sitúa a los popularistas (integrados), que están a favor de la masificación y el acceso a toda producción mediatizada. Él hace un análisis crítico presentando argumentos a favor y en contra de cada una de las opuestas visiones.

Dentro de su análisis toca patrones culturales colectivos (en particular destaca el personaje de Superman, héroe dotado con poderes superiores a los del hombre común, que constituyen la más alta realización de un poder natural: la astucia, la rapidez, la habilidad bélica o la inteligencia superior), y señala otras formas de representación cultural, que son criticadas por los apolcalípticos, que acusan a estas expresiones de alienadoras y sin méritos. Los integrados por su parte, hacen una interpretación benévola sobre los resultados que provoca la cultura de masas (como lo es el acceso de todos a la cultura general), y en esa categoría incluye a los místicos intelectuales, a los descorredores de la realidad, que no pertenecen a una definida religión u organización, pero se consideran miembros de la humanidad, aprenden mediante símbolos aceptados que son el principio unificador de las sociedades.

En conclusión, destaca Eco que los medios masivos proponen modelos y situaciones humanas que no tienen conexión con los consumidores, pero que sin embargo los entretienen. Para los apocalípticos esta cultura de masas y sus medios de difusión, destruyen las características de cada grupo étnico, así el público no expresa sus preferencias y por consiguiente se mantienen conformes a lo que les ofrecen. Los medios masivos fueron creados para el entretenimiento y la subordinación. Por otro lado, los integrados tienen una visión más optimista ante esta situación y nos hablan de una cultura de masas en donde los ciudadanos participan y se les toma en cuenta. La cultura de masas sin embargo es producida por grupos con poder económico,  para la obtención de beneficios, y lo único que desea lograr es la creación de un mercado en el que se generen ganancias. Es por eso que sólo crea contenidos simples, entretenidos y que llegan a la mayoría de los hogares de cada país. Como se puede resumir, ambas posiciones tienen su argumentación: el elitismo contra la alienación, y al final ninguna es totalmente cierta o absoluta.   



No hay comentarios:

Publicar un comentario