lunes, 19 de enero de 2015

Volúmenes y superficies trabajadas digitalmente

Una de las cualidades que distingue a las obras realizadas vía programas informáticos y computadoras es su presentación textural. Uno de los Qualia que Etienne Souriau señala (el de los volúmenes) se puede destacar claramente como uno de los más perceptibles para delimitar una estética de lo digital.  

Dentro del manejo volumétrico en la reconstrucción del mundo visible se debe incluir lo que concierne justamente al trabajo de las superficies y texturas de los cuerpos, puesto que les identifican como objetos espaciales. El tema de las texturas y las superficies es conscuentemente también fundamental en la identificación de una ciberestética. Nunca se había conseguido una variedad y una gama de texturas visuales en las superficies del diseño gráfico como hoy en día. Dado que esas presentaciones sensibles son componentes de los volúmenes, forman entonces parte de este Qualia perceptivo.

Es que los programas de dibujo han alcanzado una capacidad de texturización sin precedentes y sin parangón, creando sensaciones visuales únicas y sorprendentes. Más aún, uno de los elementos más distintivos de la estética digital es la textura visual obtenida a través de la computación gráfica. Películas, imágenes, fotos, páginas web, esculturas; todas tienen una sensibilización visual de sus planos, que sin duda las hacen totalmente reconocibles y lo más importante, no podrían haberse logrado de otra manera. 


Inclusive las impresoras en 3D son capaces de crear y recrear formas que de otra manera serían imposible de hacer. Es el uso del ordenador y su programación la que otorga esa identidad inconfundible a los volúmenes que vemos en las expresiones artísticas y comunicacionales aparecidas en los medios contemporáneos. 








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