Modernismo, postmodernismo, digitalismo (y 7)

El cambio de siglo vio la expansión de la tecnología digital en todos los ámbitos. Ya a finales del S. XX el mundo se estaba digitalizando. Si bien es cierto que las primeras construcciones de una realidad digital ya las había asomado Descartes en el siglo XVII, no es sino hasta la aparición en la década de 1940 de las primeras computadoras que se establece un verdadero mundo digital. El desarrollo de las computadoras personales en los años de 1980 y la comercialización de los video discos y discos compactos de música van a abrir un nuevo campo tecnológico que pronto abarcaría gran cantidad de manifestaciones culturales, artísticas y comunicacionales.

Los programas de diseño gráfico digital, animación por computadora, plataformas multimedia e internet moldearon hacia finales de la década de 1990 la nueva estética y la nueva comunicación basada en los bits. El siglo XXI observa entonces cómo se combinan estilos, formas y tendencias, ahora bajo el paraguas de lo digital. Ya en este blog he señalado muchas características del digitalismo y de la estética digital, en la que la informática juega un papel básico. Los nuevos dispositivos, el ciberespacio, le realidad virtual y la multimedialidad son factores que construyen este nuevo estilo.

Muchos autores han escrito sobre esta expansión tecnológica, tratando de explicar las concepciones filosóficas y culturales que esta tendencia implica, como ya he señalado en publicaciones anteriores. Hay ahora una literatura, un cine, un arte y una cultura relativa a lo digital. La Web, la internet, el ciberspacio están al alcance de una mayoría cada vez más grande de la población y su influencia se nota en todos los ámbitos. Y si bien es cierto esta nueva estética no borra, elimina o sustituye las anteriores (tal como tampoco ha desparecido el libro, la TV, la radio o el cinematógrafo), constituye todo un cosmos de elementos multisensoriales novedosos y atractivos que han modificado nuestra comunicación y percepción del mundo, con la consolidación de una nueva cibercultura.

Rocío Mio 

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