lunes, 15 de septiembre de 2014

Interfaz de usuario y de graficación

El término Interfaz ya se abordó aquí (ver http://ciberestetica.blogspot.com/2011/02/interfaz.html)
y en principio hace referencia al conjunto de métodos para lograr interactividad entre un usuario y una computadora. Una interfaz puede ser del tipo GUI que es la usual línea de comandos, pero también puede darse a partir de un hardware; por ejemplo, el monitor, el teclado y el mouse, son interfaces entre el usuario y el ordenador. En electrónica, un interfaz es el puerto por el cual se envían o reciben señales desde un sistema hacia otros. Por ejemplo, el interfaz USB, interfaz SCSI, interfaz IDE, interfaz puerto paralelo o serial, y así. Es incorrecto el uso de "interfase" como sinónimo de interfaz (o, en inglés, interface). Interfase significa otras cosas en biología y físico-química. No obstante se ha usado en español como interfaz en algunos casos, pero debe evitarse.

La interfaz de usuario (IU) es uno de los componentes más importantes de cualquier sistema computacional, pues funciona como el vínculo entre el humano y la máquina. La interfaz de usuario es un conjunto de protocolos y técnicas para el intercambio de información entre una aplicación computacional y el usuario. La IU es responsable de solicitar comandos al usuario, y de desplegar los resultados de la aplicación de una manera comprensible. La IU no es responsable de los cálculos de la aplicación, ni del almacenamiento, recuperación y transmisión de la información.

De esta manera se supera la idea de que Interfaz es la “conexión física y funcional entre dos aparatos o sistemas independientes” que señala el DRAE en su entrada. El término interfaz, entonces en su acepción más general y que ha ido evolucionando a la par de lo que se han desarrollado las computadoras, nos habla de un espacio que permite la interacción entre una persona y un objeto (una PC, por ejemplo). Precisamente, la interfaz no es un objeto, “sino un espacio en el que se articula la interacción entre el cuerpo humano, la herramienta y objeto de la acción” como señala Gui Bonsiepe. El mismo Bonsiepe define a la interfaz como la categoría central que une a aquellos tres ámbitos señalados: un usuario o agente social, un utensilio o artefacto, y una tarea a realizar. La importancia de la interfaz está dada, de acuerdo a este autor por hacer “accesible el carácter instrumental de los objetos y el contenido comunicativo de la información. Transforma los objetos en productos, transforma la simple existencia física en disponibilidad". La interfaz, por tanto, si bien constituye un espacio “inmaterial”, cumple un rol fundamental para el diseño de interacciones, como así también para el resto de las disciplinas proyectuales. Pero justamente, de acuerdo a la importancia central de la interfaz, Bonsiepe aclarará que “los artefactos son objetos que permiten la acción eficaz. La interfaz hace posible la acción eficaz”. O sea, la interfaz no será juzgada por sus características formales o funcionales, sino por “hacer eficaz” una acción, que el propósito de un usuario pueda ser llevado a cabo exitosamente.




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