lunes, 22 de abril de 2013

Signo, palabra y ser (1)

Uno de los elementos más interesantes en la semiología es el enfoque que se le da al signo en función de la comprensión de la realidad y su relación con el ser. La correlación entre lenguaje y mundo ya se analiza desde la civilización griega: Parménides decía que aquello que podemos nombrar es verdadero y Georgias pensaba que la palabra no transmite ideas sino sonidos, por lo que asignamos a esos sonidos un fragmento de la realidad que es imposible de comunicar ciertamente.  Pero el término "signo" proviene del latín signum, que significa "sensible" y también "visible".  

Pocos conceptos comunicacionales tienen tantas interpretaciones como éste. Según un punto de vista estructuralista y semiológico, signo es simplemente algo que está en lugar de otra cosa, por acuerdo o convención común. Un signo expresa algo conocido y permite que otros lo conozcan. esta relación produce la fórmula SIGNIFICADO----SIGNIFICANTE que constituye la base de la semiología, según Saussure. Los teóricos semióticos, por su parte, añaden un tercer elemento (la "tríada" de Peirce): Referente---Significado---Significante. Un signo entonces es un "ente" del que se infiere la presencia de otro "ente", sea este un objeto o un acontecimiento utilizado como referencia de otro objeto o acontecimiento. El signo así se pone en lugar de otra cosa y la representa. Claro, puede haber signos naturales (como los síntomas de una enfermedad, que permiten referir a la misma) y artificiales como las señales o las palabras.

No obstante no todos los teóricos que estudian el signo coinciden en esta definición, puesto que ella implica una ruptura entre la realidad y lo representado. En este caso se indica que no es el signo el que sustituye a la cosa, sino la cosa la que da sentido al signo, y que es el ser humano en su inteligencia quien nombra las cosas, no los signos a ellas. Según esta posición, relacionada con la metafísica y la perspectiva realista, el orden del proceso es "realidad--pensamiento--lenguaje" y no a la inversa. De la otra forma no es importante la realidad objetiva sino lo que digamos de ella. 

Durante el siglo XX se desarrollaron varias teorías al respecto, y en particular en la segunda mitad de éste, hubo diversas posiciones, que además en ciertos casos sumaban muchos factores de las distintas aproximaciones que sobre este tema se propusieron. Como veremos más adelante,   diferentes autores aportaron a esta discusión, que aún hoy no está cerrada a ningún enfoque.




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