Más de los ciborgs

Como ya comenté en "Manifiesto ciborg", el tema de los organismos cibernéticos es un asunto que tiene mucho de ficción y mucho de política, además por supuesto de todo el componente científico que ello conlleva. La definición de ciborg, más allá de aquella que estableció Donna Haraway, tiene que ver con el aspecto tecnológico que implica la transformación de un ser vivo en otro mixto, al que se le han incorporado partes mecánicas o robóticas. Se aplica el término a aquellas criaturas compuestas por elementos orgánicos y dispositivos cibernéticos usualmente con la intención de mejorar las capacidades naturales mediante el uso de tecnología. 

En algunos casos se definen como ciborgs a los robots que tienen partes humanas. Como esto aún no existe sino en la ficción, no puede ser considerado todavía como válido, pero sin duda la ciencia ha alcanzado tantas cosas que seguramente algo por el estilo logrará. En cambio lo que sí es cierto es que cada vez más personas tienen incorporadas en su organismo algunas partes mecánicas o electrónicas, lo cual sin embargo no los hace ciborgs. Desde marcapasos hasta implantes digitales son implementos tecnológicos que ayudan a mejorar las funciones orgánicas fallidas.

Hay un caso curioso que es el de Neil Harbisson. Este joven artista irlandes que hoy reside en España, es el primer ciborg reconocido por un gobierno (el británico), por tener un aditamento especial que le ayuda en la visión. Harbisson tiene acromatopsia, una condición visual de nacimiento, que le hace ver el mundo en blanco y negro. Teniendo 20 años de edad creó y se instaló un eyeborg en la cabeza, un aditamento para poder ver los colores. Es cofundador y presidente de la Fundación Cyborg, una organización internacional dedicada a ayudar a los humanos a convertirse en ciborgs, si es que estas modificaciones pueden definirse como generadoras de ciborgs.  Como sea, es un tema que aún tiene muchas aristas y nada totalmente definido.

Neil Harbison con su aditamento visual